LA EDAD DEl BRONCE EN ASTURIAS.
La Edad del Bronce en Asturias y los comienzos de la edad del Hierro, están ambos períodos necesitados de un estudio más sistematizado. Esto es debido a que la información arqueológica recogida es de tipo fragmentario, poco científica, casual, más que provocada, producto de la acción vandálica de cazatesoros que ocultaban las piezas más valiosas.
El comienzo de esta Edad de Bronce asturiana debe situarse en el momento después del llamado eneolítico asturiano, encuadrado dentro de la gran cultura megalítica de los países de la Europa Occidental. Su duración abarca el período que va desde el Bronce Inicial o Bronce 2 del Mediterráneo y el Bronce Pleno o final coincidente con el inicio de la metalurgia del Hierro. Más o menos, aproximadamente en el 2º Milenio antes de Cristo, entre los años 1800 al 1700 y el 600 al 500 a. de C.
A grandes líneas la primera etapa del Bronce inicial está situada en distintos puntos peninsulares así como en otros países atlánticos como Irlanda, sur de Gran Bretaña y la Bretaña francesa. Esta manifestación atlántica podría acaparar para sí el nombre de Bronce Inicial del Noroeste, por los datos comunes de que se disponen. En ella se da el desarrollo de la cultura tumular y los comienzos de la metalurgia y que en el Eneolítico asturiano tiene escasas manifestaciones.
Una segunda etapa del Bronce, la llamada Bronce pleno o final es continuación de la primera, con hallazgos de hoces, hachas con talón, calderos y otras manifestaciones de tipo rupestre.
Es una etapa mal definida por no saber en que momento puede separarse, por una parte, del Bronce inicial, y por otra, del comienzo de la Edad del Hierro, ya que en Asturias no aparecen instrumentos de hierro hasta la cultura castreña del Noroeste, después del 500 a. de C. Aún no se han encontrado restos de estructuras urbanas que puedan fecharse dentro del Bronce asturiano, por lo que se desconocen muchos datos sobre la forma de vivir de estas culturas. Se supone que hayan sido nómadas o trashumantes por la carencia de restos de viviendas.
Una segunda etapa del Bronce, la llamada Bronce pleno o final es continuación de la primera, con hallazgos de hoces, hachas con talón, calderos y otras manifestaciones de tipo rupestre.
Es una etapa mal definida por no saber en que momento puede separarse, por una parte, del Bronce inicial, y por otra, del comienzo de la Edad del Hierro, ya que en Asturias no aparecen instrumentos de hierro hasta la cultura castreña del Noroeste, después del 500 a. de C. Aún no se han encontrado restos de estructuras urbanas que puedan fecharse dentro del Bronce asturiano, por lo que se desconocen muchos datos sobre la forma de vivir de estas culturas. Se supone que hayan sido nómadas o trashumantes por la carencia de restos de viviendas.
Por supuesto, no se puede calificar este monumento de la época del Paleolítico como se ha podido leer en un reciente artículo publicado sobre él.
¿TÚMULOS O DÓLMENES?
Esta confusión parte de que la mayoría de los dólmenes presentan estructura tumular, por lo que obligó a arqueólogos y aficionados a buscar en los túmulos sepulturas de inhumación, que al no hallar, se atribuyó al saqueo sufrido de los buscadores de tesoros.
Los ajuares de dólmenes y túmulos son muy parecidos, extremadamente pobres en ambos, pero distintos en sus aspectos tipológicos, pero lo que diferencia esencialmente a unos de otros es el ritual funerario. Del enterramiento colectivo de inhumación de la cultura megalítica de los dólmenes, se pasa a la incineración.
Los túmulos reciben distintos nombres, según la comarca asturiana.
Los ajuares de dólmenes y túmulos son muy parecidos, extremadamente pobres en ambos, pero distintos en sus aspectos tipológicos, pero lo que diferencia esencialmente a unos de otros es el ritual funerario. Del enterramiento colectivo de inhumación de la cultura megalítica de los dólmenes, se pasa a la incineración.
Los túmulos reciben distintos nombres, según la comarca asturiana.
Aquí en el Oriente los llamamos coteros; en el Centro, arcas; en Tineo, covayos y cutruyos o cuturuyos a los que aparecen como pequeños cuetos; en la zona del Occidente se les llama madorna.
Son montículos de tierra o piedra, de forma cónica achatada, cuyo diámetro va de los seis a los veinticinco metros. Suelen encontrarse agrupados en las llamadas Sierras Planas u otras altiplanicies que suelen seguir siendo, aún hoy, zonas de pastoreo. La altitud está entre los mil y los dos mil metros. El tipo más conocido es el llamado de campana, sin zanja periférica y sin superponer como se observan en otras zonas europeas.
La estructura interna es difícil de precisar ya que casi todos han sido violados. Existen cistas rudimentarias hechas con losas verticales o lajas superpuestas formando un pequeño muro de forma pentagonal que nos recuerda en miniatura a las construcciones megalíticas.
En nuestra zona, los más cercanos a nosotros están en el Concejo de Ribadedeva en el sitio llamado de La Jayuquera, en la sierra del Cuera. En nuestro concejo llanisco se encontraron, en el Llano de San Jorge de Nueva catorce ejemplares de túmulos y en el Llano de Santana de Naves, otro agrupamiento de cuatro.
En la Sierra Plana de Buelna y Pendueles hay detallados más de dieciséis y, cercanos al Ídolo de Peña Tú, se sabe de la existencia de otros, aún sin precisar la cantidad. Los más valiosos de los encontrados en los lugares de Vidiago, Riegu y Puertas son estos:
Las Mesas, Riego, y La Capilluca, ya estudiados por J. F. Menéndez (1925-1927). Posiblemente, los más orientales de la región asturiana, se hallen emparentados con los que la vecina región cántabra como los de Pesués Los situados en el Llano de La Capilluca tenían cista o cámara dolménica y abundantes residuos de carbón y cenizas. En los ajuares destacan puntas de flecha en piedra con forma romboidal y hachas de sección rectangular, hojas de sílex y otros elementos menos expresivos.
En el túmulo de Piedra Jilera se encontraron puntas de flecha lanceoladas, hojas de pedernal, piedras molederas de pequeño tamaño. En los túmulos de Las Mesas y Riego se encontraron hachas aplanadas y elementos indefinidos de sílex, además de tener todos ellos hoyos con ceniza, a una altitud aproximada de doscientos metros. La presencia de restos de piedra no nos ha de extrañar ya que la transición entre las dos culturas lógicamente es paulatina como ocurre en la actualidad entre el uso de aperos de labranza de madera y otros totalmente modernos como el tractor y que seguirán aún juntos durante mucho tiempo. Las hachas aplanadas de estos dólmenes nos ayudan a datar los túmulos dentro del II milenio a. de C.
Estas culturas tumulares pueden tener sus antecedentes en la cultura tumular alemana, que a través de los ríos llegó a las costas Occidentales de Europa, colonizando la Península Ibérica. En la Cueva del Bufón se encontraron elementos cerámicos relacionados con la cultura de la Bretaña francesa. El triángulo formado por los vértices colocados en Asturias, Gales y Bretaña francesa intercambian relaciones frecuentes durante el Eneolítico y el Bronce inicial. Queda residuo topónimo en la denominada Playa Bretones y la playa de El Puertu, en la desembocadura del río Novales que las comunicaría con los asentamientos tumulares tanto de las Sierras Planas orientales de Buelna y Pendueles como de las más occidentales de Vidiago y Puertas con Purón junto al río que lleva el nombre.
MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS
Son montículos de tierra o piedra, de forma cónica achatada, cuyo diámetro va de los seis a los veinticinco metros. Suelen encontrarse agrupados en las llamadas Sierras Planas u otras altiplanicies que suelen seguir siendo, aún hoy, zonas de pastoreo. La altitud está entre los mil y los dos mil metros. El tipo más conocido es el llamado de campana, sin zanja periférica y sin superponer como se observan en otras zonas europeas.
La estructura interna es difícil de precisar ya que casi todos han sido violados. Existen cistas rudimentarias hechas con losas verticales o lajas superpuestas formando un pequeño muro de forma pentagonal que nos recuerda en miniatura a las construcciones megalíticas.
En nuestra zona, los más cercanos a nosotros están en el Concejo de Ribadedeva en el sitio llamado de La Jayuquera, en la sierra del Cuera. En nuestro concejo llanisco se encontraron, en el Llano de San Jorge de Nueva catorce ejemplares de túmulos y en el Llano de Santana de Naves, otro agrupamiento de cuatro.
En la Sierra Plana de Buelna y Pendueles hay detallados más de dieciséis y, cercanos al Ídolo de Peña Tú, se sabe de la existencia de otros, aún sin precisar la cantidad. Los más valiosos de los encontrados en los lugares de Vidiago, Riegu y Puertas son estos:
Las Mesas, Riego, y La Capilluca, ya estudiados por J. F. Menéndez (1925-1927). Posiblemente, los más orientales de la región asturiana, se hallen emparentados con los que la vecina región cántabra como los de Pesués Los situados en el Llano de La Capilluca tenían cista o cámara dolménica y abundantes residuos de carbón y cenizas. En los ajuares destacan puntas de flecha en piedra con forma romboidal y hachas de sección rectangular, hojas de sílex y otros elementos menos expresivos.
En el túmulo de Piedra Jilera se encontraron puntas de flecha lanceoladas, hojas de pedernal, piedras molederas de pequeño tamaño. En los túmulos de Las Mesas y Riego se encontraron hachas aplanadas y elementos indefinidos de sílex, además de tener todos ellos hoyos con ceniza, a una altitud aproximada de doscientos metros. La presencia de restos de piedra no nos ha de extrañar ya que la transición entre las dos culturas lógicamente es paulatina como ocurre en la actualidad entre el uso de aperos de labranza de madera y otros totalmente modernos como el tractor y que seguirán aún juntos durante mucho tiempo. Las hachas aplanadas de estos dólmenes nos ayudan a datar los túmulos dentro del II milenio a. de C.
Estas culturas tumulares pueden tener sus antecedentes en la cultura tumular alemana, que a través de los ríos llegó a las costas Occidentales de Europa, colonizando la Península Ibérica. En la Cueva del Bufón se encontraron elementos cerámicos relacionados con la cultura de la Bretaña francesa. El triángulo formado por los vértices colocados en Asturias, Gales y Bretaña francesa intercambian relaciones frecuentes durante el Eneolítico y el Bronce inicial. Queda residuo topónimo en la denominada Playa Bretones y la playa de El Puertu, en la desembocadura del río Novales que las comunicaría con los asentamientos tumulares tanto de las Sierras Planas orientales de Buelna y Pendueles como de las más occidentales de Vidiago y Puertas con Purón junto al río que lleva el nombre.
MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS
Uno de los conjuntos más interesante es la Peña del Gentil o Peña Tú en el lugar de Puertas, el primero encontrado en Asturias.
En este conjunto existen dos tipos de representaciones, siendo las más antiguas las grabadas y las más recientes hechas con pintura roja.
En este conjunto existen dos tipos de representaciones, siendo las más antiguas las grabadas y las más recientes hechas con pintura roja.
Los grabados están situados a la derecha del conjunto y representan solamente dos figuras, el llamado Ídolo de Peña Tú y una especie de puñal o espada corta. Estas dos figuras fueron pintadas posteriormente en parte de rojo y se añadieron, muy posiblemente, otras figuras y puntuaciones en el mismo color.
Entre las grabaciones y las pinturas no debió de transcurrir mucho tiempo, aunque es imposible comprender su contemporaneidad.
Los grabados nos recuerdan la influencia de la Meseta, mientras que las pinturas nos recuerdan la relación con el mundo rupestre y esquemático del Centro y Mediodía peninsular.
El ídolo o Cabeza de Gentil, así se le conocía con anterioridad a la moderna denominación, es de forma rectangular en cuya parte superior se cierra con un semicírculo.
Está realizado con un instrumento de filo romo, aunque en partes se observan abrasiones que bien pudieran ser más recientes y con otro instrumento más cortante con el fin, todo esto son conjeturas, para hacerlo más visible dado que la erosión en esta roca arenisca es muy rápida.
Tres trazos paralelos determinan dos franjas y el contorno exterior a modo de orla que encuadra la figura. La parte inferior está contorneada por un solo trazo horizontal.
La orla está marcada con una línea quebrada. En el interior de esta orla se distinguen dos partes claras:
La superior formada por dos semicírculos paralelos a la que cobija los dos óculos. La inferior dividida en siete franjas horizontales a modo de falda.
La pintura roja recubrió posteriormente los grabados y se añadieron otros detalles que actualmente completan la figura.
La superior formada por dos semicírculos paralelos a la que cobija los dos óculos. La inferior dividida en siete franjas horizontales a modo de falda.
La pintura roja recubrió posteriormente los grabados y se añadieron otros detalles que actualmente completan la figura.
La zona de la cabeza se adornó con trazos a modo de aureola, que se repiten entre los círculos que conforman la propia cabeza del ser representado y las dos oculaciones se completaron con el trazo intermedio, vertical a modo de nariz. Parecida oculación tiene el hallado en Abamia.
En la supuesta falda se añadieron trazos verticales de pintura. Abajo, al final de la falda aparecen cuatro trazos en abanico que representan posiblemente el pie derecho.
Nos hace pensar en una divinidad vestida con traje talar.
El traje con siete franjas representa los días de la fase lunar, corroborando su carácter sacro, la aureola de la cabeza.
El traje con siete franjas representa los días de la fase lunar, corroborando su carácter sacro, la aureola de la cabeza.
Cabe la posibilidad de ser una representación femenina, o también pudiera ser un gran jefe tribal adornado de ceremonia o la representación ideológica de un dios funerario u otro personaje mitificado.
El resto de las representaciones de Peña Tú pueden agruparse así:
Figuras humanas agrupadas a la derecha con trazo vertical y dos trazos en arco.
Otra más alejada del ídolo tiene en su mano derecha un báculo o cayado de pastor.
Cinco de las restantes figuras, excepto la ancoriforme pueden interpretarse como femeninas.
El resto de las representaciones de Peña Tú pueden agruparse así:
Figuras humanas agrupadas a la derecha con trazo vertical y dos trazos en arco.
Otra más alejada del ídolo tiene en su mano derecha un báculo o cayado de pastor.
Cinco de las restantes figuras, excepto la ancoriforme pueden interpretarse como femeninas.
Más a la derecha del ídolo se observa un animal, posiblemente cabra, otra cercana a ella y un grupo de puntos.
La gente que rodea al hombre del báculo puede representar una danza o bien, un grupo familiar puesto bajo la protección del ídolo.
La gente que rodea al hombre del báculo puede representar una danza o bien, un grupo familiar puesto bajo la protección del ídolo.
Una serie de 27 puntos en línea recta es difícil de interpretar, salvo que se borrase uno con lo que lo convertiría en el cómputo lunar de 28 días de uso en estas culturas primitivas. También pudiera ser la contabilización de rebaños.
Los conocimientos astrológicos ya de la época de los megalitos, como en el caso de Stonehenge fueron avanzados para la época.
Bien pudiera ser que Peña Tú representara un lugar de observación astrológica con referencias temporales en una divinidad por estar en la necrópolis de un asentamiento costero.
Esta manifestación artística rupestre que se encuentra en nuestra localidad es la primera encontrada en Asturias en su género. Se observan dos formas de expresión distintas. La grabación inicial a la derecha del panel con dos figuras bien claras: el propio ídolo y un puñal a su izquierda. Posteriormente se debió de subrayar ese grabado con pintura roja, posiblemente con el ánimo de hacerlo más visible. Se añadieron elementos, figuras y puntos. Entre ambos sucesos no debió transcurrir demasiado tiempo, pero se puede descartar su contemporaneidad. Los grabados demuestran influencia de la Meseta y las pinturas la del Centro y Mediodía peninsular.
Esta manifestación artística rupestre que se encuentra en nuestra localidad es la primera encontrada en Asturias en su género. Se observan dos formas de expresión distintas. La grabación inicial a la derecha del panel con dos figuras bien claras: el propio ídolo y un puñal a su izquierda. Posteriormente se debió de subrayar ese grabado con pintura roja, posiblemente con el ánimo de hacerlo más visible. Se añadieron elementos, figuras y puntos. Entre ambos sucesos no debió transcurrir demasiado tiempo, pero se puede descartar su contemporaneidad. Los grabados demuestran influencia de la Meseta y las pinturas la del Centro y Mediodía peninsular.
El puñal de metal presenta cinco agujeros por donde se ataría el mango de madera o hueso. No se trata de un monumento paleolítico como pude leer recientemente en una descripción publicada en la red.
Podría ser que las siete capas de la falda representasen los días de cada fase lunar y que la aureola de la cabeza y la túnica talar pudiesen enmarcar un personaje sacro. Por comparación con otras similares halladas en la península puede datarse en torno al 1500 a. d. C. ¿Se trataría de un asentamiento fortuito o de un lugar de reunión anual de gentes trashumantes? Lo cierto es que ahí nos quedó esa gran roca para recordárnoslo. El nombre también debió de sufrir cambios a lo largo del tiempo:
La Peña del Gentil, quizás dado por los primeros pobladores del lugar al extraño personaje.
Peña atunera quizás conocido referente para los pescadores cuando divisaban la parte más alta de la roca,
El ídolo de Peña Tú tal como se oficializó, encaja sólo en la cuestión del nombre, pues no deja de ser un "falso dios" para la religión dominante, pero al "Tú" no le encuentro su sentido gramatical ya que se trataría de un pronombre personal, salvo que se pudiese referir a él popularmente como un peñatu, sin por ello tener que restarle la más mínima importancia que nadie discute.
Me inclino a pensar que haya sido una primitiva cañada de trashumancia.
En los bufones de arenillas, en los ríos Purón, Novales y Cabra y en variadas cavernas existen sobradas señales de la población que vivía del aprovechamiento de los pastos.
El paisaje que desde lo alto se columbra hizo el resto, un valle con tres núcleos de población: Puertas, Riegu y Vidiago y en el que merece la pena detenerse para subir a verlo.
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