"A
CUESTAS CON MEDIO SIGLO"
Un
pueblo: Pendueles, barrio de Verines.
Un acontecimiento: Se inaugura la reapertura de La
Casa de Los Nobles Irlandeses, patrimonio de la Universidad de
Salamanca.
Una
fecha: 22 de junio de 1985.
Reportaje:
Transcurrieron
cuarenta y nueve años, desde que un día, a primeros de agosto de
1936, cuando los últimos seminaristas irlandeses tomaron el tren de
la una para no volver jamás.
Pero
la casa no quedó sola. Quedó la palmera custodiándola:
“TESTIGO
MUDO DEL PASADO”
¿Qué haces ahí, sombrilla verde? ,
¿Quién
te clavó en la tierra? ,
¿A
quién esperas? Testigo eres
del
tiempo, y en ti
está escrita la historia.
Hija
nostálgica de indiano,
me
recuerdas el despiste humano,
la
timidez del que no oye,
ni
entiende, el lenguaje de la calle.
Subes
que subes al cielo
y
vas perdiendo, poco a poco,
colgajos
de tu falda caribeña.
¿Para
quién es tu fruto?
El
sol no lo dora,
porque
anda escondido en la sierra.
¿Acaso
se ve, palmera, desde tu copa,
la
tierra de tus mayores?
¡Qué
orgullo fuiste de un hombre!
y
ahora, cantan en ti otros pajarillos,
mientras,
chiquillos
que
salen de la escuela,
sueñan
con subir a tu vera.
Bajo
la palmera, una mujer, Concha
Pidal Noriega que
me
cuenta:
"Yo
era una chiquilla cuando los canteros la construían; iba a la
escuela. Costó 35.000 pesetas hacerla y la construyó Manuel
Posada,
de Colombres, para un americano de Texas que vivió aquí, Ricardo
Ortiz quien
la vendió al Colegio de Nobles Irlandeses del "Patronato de San
Patricio" de Salamanca.
Corría
el año 21, cuando llegaron por primera vez a Pendueles."
Fue
en ese año de 1921 cuando Irlanda, tras largas guerras por la
independencia de la Corona Inglesa, obtuvo la soberanía como Estado
del EIRE. Es posible que los irlandeses, instalados en
Salamanca, ayudados por la Monarquía española, hayan reconocido en
Asturias y, concretamente en este pueblo llanisco, retazos de su
verde Irlanda.
Existen
otros de mis personajes que me pudieron contar algo de aquel tiempo.
Pura
y Rafael Martínez,
son hermanos y aún viven en la casa paterna que está justo
detrás de la Casona.
Fael,
jugaba al fútbol todas las tardes en un prado, cerca de la playa de
Buelna, a la que iban a bañar los sudores después de un duro
partido. Con casi ochenta años, pero con el espíritu de un chaval
de entonces, me narra, con una chispa de alegría manifiesta en sus
ojos, aquellos años previos a la guerra.
Estoy
sentado con él a la sombra, sobre unas vigas de roble, aún fuertes,
que sostuvieron antaño la techumbre de la cuadra del ganado. Junto
a nosotros, la pequeña lancha, boca abajo, recude las últimas
lágrimas del mar, añorando largas horas bogando en las tranquilas
aguas junto a Peñaquinera.
Pura,
mientras cultiva la huerta, nos escucha. Algo le viene a la memoria y
me cuenta también lo que recuerda de su niñez:
"Eran
muy simpáticos y se reían con nosotras, pero no les entendíamos
nada de lo que nos decían. Pasaban en desbandada para la playa,
toalla al hombro, por el campo a través. Cuando iban de marcha,
llegaban hasta Llanes y regresaban, a buen paso, siempre en fila, los
ojos bajos, pisar recio guiados por el jefe.
Algunos
días, se escuchaba el piano y los violines acompañando a los
cánticos, tras las ventanas de la Casona.
Tenían
capilla propia, pero en algunas ocasiones, iban a misa a la iglesia
de Pendueles.
Yo,
voy en busca de otro personaje: Celso
Amieva,
que tiene en común con los anteriores, haber pasado los rigores de
una guerra que vino a truncar sus juegos o anhelos de juventud.
Cárcel, represión para quienes no quisieron doblegarse a abandonar
sus ideas.
A
Celso Amieva, lo conocí a través de su libro "Asturianos
en el destierro",
en una edición de la Editorial Ayalga, y posteriormente, en persona,
con ocasión del homenaje que se le tributó merecidamente en
Llanes, cuando después de un largo exilio, regresó de Moscú donde
trabajaba como corrector de estilo para la Agencia Novosti de
noticias.
Celso,
en un poema recogido en un libro de poemas, "Más
poemas de Llanes" editados
por el semanario local "EL ORIENTE DE ASTURIAS", dice así
en dos de sus estrofas que dedica a los estudiantes irlandeses:
“Playa
de Pendueles"
(
…)
Los
seminaristas, todos irlandeses,
clavan
en tus ancas ojos futbolistas.
Y
luego los bajan cual dóciles reses,
todos
irlandeses los seminaristas.
Igual
que tasugos, por los maizales,
marchan
cabizbajos, tornan a sus yugos.
Sin
epitalamios y sin esponsales,
por
los maizales igual que tasugos.
Esperemos
que acontecimientos como estos sirvan para soldar más y más la
unión y entendimiento entre los pueblos, como también entre las
distintas culturas que existen en nuestro querido suelo español.
Ramón González Noriega
PROYECCIÓN INTERNACIONAL
Estimado Ramón:
Fue como descubrir un tesoro inesperado, encontrar en tu blog un artículo sobre La Casona de Verines y los estudiantes irlandeses. Visité la casa en Mayo 2008 y, por fin, van a publicar mi artículo en una revista irlandesa: “Archivium Hibernicum2012”.Me gustaría poder citar las palabras de Pura Martínez, y también reproducir tu poema sobre la palmera que me encanta, (me gusta también que los niños de la escuela hayan dibujado la palmera!). Por favor, confírmame que tengo permiso para citarlo. He hecho una traducción al inglés del poema tuyo, pero si no te gusta, dímelo, ya que no estoy muy acostumbrada a hacer tales traducciones.
Te enviaré una copia del artículo, cuando lo tenga y también supongo que estará en formato digital en el website de Los Irlandeses en Europe, basada en este Colegio, con enlaces a muchas ilustraciones: http://www.irishineurope.com/
Te doy las gracias, anticipadamente, por el documento y la foto. Espero recibir pronto tu contestación.
Muy Cordialmente,
Regina
Traducción del poema:
What are you doing there, green sunshade?
Who nailed you to the earth?
For whom are you waiting? You are witness
to time, and history is written within you.
Nostalgic daughter of an indianoyou remind me of how man goes off- track,
of the timidity of one who does not hear
nor understand street- talk.
Upwards and upwards you climb to the sky
and little by little shreds of your Caribbean skirt are shed.
For whom is your fruit?
The sun does not gild it,
because it goes hidden in the mountains.
Palm, perhaps sometimes you can glimpse the land
of your ancestors, from the tip of your crown.
What pride a man once took in you!
And now, different birds sing in your fronds,
while children running out from school
dream of scaling your heights.
Te doy las gracias, anticipadamente, por el documento y la foto. Espero recibir pronto tu contestación.
Muy Cordialmente,
Regina
Traducción del poema:
What are you doing there, green sunshade?
Who nailed you to the earth?
For whom are you waiting? You are witness
to time, and history is written within you.
Nostalgic daughter of an indianoyou remind me of how man goes off- track,
of the timidity of one who does not hear
nor understand street- talk.
Upwards and upwards you climb to the sky
and little by little shreds of your Caribbean skirt are shed.
For whom is your fruit?
The sun does not gild it,
because it goes hidden in the mountains.
Palm, perhaps sometimes you can glimpse the land
of your ancestors, from the tip of your crown.
What pride a man once took in you!
And now, different birds sing in your fronds,
while children running out from school
dream of scaling your heights.
Regina Richardson
(Subject Librarian for Music &
Modern Languages, Literatures & Cultures
National University of Ireland, Maynooth)
Maynooth
Co. Kildare
Ireland
Modern Languages, Literatures & Cultures
National University of Ireland, Maynooth)
Maynooth
Co. Kildare
Ireland
(Marzo de 2012)
(Pendueles, junio de 1.985)
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