Nueva excursión de la gente de
Porrúa a Cuera, en 1948, relatada por Armando Romano Sánchez
I
Tiene
el pueblo de Porrúa
gente muy
aventurera
y aquí tenéis el
ejemplu
de una excursión
que fue a Cuera.
II
Manuela
queda encargada
para subir la
bebida,
como anda tan
apurada,
en el pueblo se le
olvida.
III
La mujer de
Serafín
se levanta la
primera
y dice a la
rapacina:
"anda que
vamos a Cuera"
IV
Después de masar
la torta
y preparar el
arroz,
asoma encima la
puerta
y a Su Los Robles da
un voz.
V
Tere sal de
la cama
más deprisa que
volando
como cuando está
la madre
en la cocina
llamando.
VI
Armando que
despertó
y la vio ya
levantada,
conmovido
preguntó:
¿Adónde vas tan
apurada?
VII
No se lo quería
decir,
pero si es que te
interesa,
voy a subir pel
Cabañucu
y bajar por
Sal de la Pesa.
VIII
Harta de estar en
Jogos
la mujer de Manuel
Pérez
vino muy
enfurecida
a la cabaña de
Tere.
IX
Cándida que
la ve,
ni corta ni
perezosa,
va a la cabaña y
se pone
el vestidín color
rosa.
X
Salieron de la
cabaña
Manuela y
María Selina
y en Su los Robles
se juntan
a Cándida y
a Lupina.
XI
Tere
quedaba en la choza
revolviendo la
cuayada
y, al ver marchar
las otras,
arranca
desesperada.
XII
Quedan las cabañas
solas,
no siendo la de
Vicenta,
porque allí llega
Gabriel
encargáu de hacer
la renta.
XIII
Cuando pasan por
La Va,
a medio hacer las
labores,
invitan para
viajar
a la tía Rosa
y a Dolores.
XIV
Ellas contestan
así:
"Nosotras de
buena gana,
pero están Colás
y Pío
con muchísima
galbana.
XV
Cuando pasan por
Los Jogos,
Melina empezó
a llorar,
porque su madre la
dijo
que se tenía que
quedar.
XVI
Ya doblaron a Los
Texos
cinco mujeres del
Valle,
una era de la
Jorcada
y las otras de La
Calle.
XVII
Otra que las
acompañaba
era del barrio
Sorvilla
que quedaba en la
cabaña
llorando a la su
Chiquilla.
XVIII
Con ellas va
Belarmino,
pero este no es
criticado,
que siguiendo su
camino,
va a recoger el
ganado.
XIX
Pasando por
Calicantu
invitaron a María
y ellas les dijo
que no,
porque ya lo
conocía.
XX
Al pasar por
Cotariellu,
invitaron a
Constantina
que si quería
venir,
con ellos, a ver
la mina.
XXI
Tiene que estar
con el toru,
por si acaso
vienen vacas
y, además de todo
eso,
tiene que sacar
patatas.
XXII
Cuando pasan por
Las Pipas
dijo Celesto
Sobrino:
"en
excursiones bonitas
no debe faltar el
vino"
XXIII
Milio, el
del Pozu Manxón,
muy entroncáu en
La Peña,
vio pasar a la
excursión;
creyó que iban a
Carreña.
XXIV
Cuando van
atravesando
por onde La Llosa
Vieya,
vieron en La Vega
el Cobu
a Manuel de La
Caleya.
XXV
Por apurarse a
correr,
subiendo La
Cruceyada,
Selina dice
a su madre
que se siente muy
cansada.
XXVI
Acompañando a
Selina
va el hijo de
Manuel Pérez
que, a pesar de
ser muy joven,
ya le gustan las
mujeres.
XXVII
Ramón, el
hijo del Vivo
que los vio de
Najarón,
echa el trabajo en
olvido
y se va con la
excursión.
XXVIII
Llegan a La Vega
el Cobu,
se aumenta la
comitiva,
porque estaban
esperando
cinco de casa de
Oliva.
XXIX
Estaban Pedro
y Alfonso,
Bibi,
Maruja y Juanito;
dejaron al padre
solo,
¡vaya cuadro más
bonito!
XXX
Por El Valleyu de
Nansa
suben las de la
Texuca,
tres elocuentes
muchachas:
Dori,
Cosuelo y Maruca.
XXXI
Dori va la
delantera
para pescar la
cuadrilla,
va más contenta
pa Cuera
que si fuera pa la
Villa.
XXXII
Para refrescar un
poco
se metieron en la
cueva
y, en esto, vieron
venir
las hijas de Pepe
Amieva.
XXXIII
Con ellas vienen
también
dos mozos de Los
Cumbriales
con unos grandes
anteojos
para mirar a
Cabrales.
XXXIV
Iba Antonio el
de Juanito
con mucha
capacidad;
dio a Nievas
las alpargatas
para más
comodidad.
XXXV
Y por último
llegaron
sudando a gota
llena
para unirse a la
excursión
Covadonga y
Magdalena.
XXXVI
Después de cebar
el toru,
como quien no
quier la cosa,
llega muy afatigáu
Marcos el
de La Juiciosa.
XXXVII
Felisa la de
Joaquín,
que de eso no sabe
nada,
la encuentran
cuando subían
tropando muy
apurada.
XXXVIII
Buena tentación
le dio
de abandonar la
pradera,
prenderle fuegu al
jelechu
y dise con los del
Cuera.
XXXIX
Cuando ya está
preparada
para marchar la
excursión
no llegaron a un
acuerdo
y forman un gran
follón.
XL
Todos quieren ir
por Medas,
pero el de La
Caleya
arranca por
Jorticeda
como llobu tras la
oveya.
XLI
La gente queda
pasmada
cuando se marcha
Manuel,
por no deshacer el
grupo
todos se fueron
con él.
XLII
Toman El Valleyu
el Agua
y Alfonso,
muy picaruelo,
les iba echando el
anteojo
a las piernas de
Consuelo.
XLIII
Se despiden de
Manolo,
el vecino de
Barriales,
que por andar al
jelechu
no pude ver a
Cabrales.
XLIV
De La Boca las
Traviesas
vieron otra
caravana;
se van acercando a
ella
y, era gente
caldueñana.
XLV
Llegaron a
Jorticeda
y saludan a esa
gente;
como cosa de
costumbre,
van a beber a la
fuente.
XLVI
Se cruzan varias
palabras
como gente
conocida
y, entonces, las
excursiones
a una queda
reducida.
XLVII
Pasaremos a la
historia,
para que cojan
honores,
ocho personas de
Villa
y una chica de
Debodes.
XLVIII
Cinco de casa de
Gómez:
Pepe, el
padre, y Marcelina,
Matilde, con
una bota
y, la comida,
Delfina.
XLIX
Esther y
Carmina Coro
también van en la
cuadrilla
con Piedad la
de Benigno
y otra vecina de
Villa.
L
Toman El Sillón
de Arriba
con mucha
tranquilidad
y Manuel de la
Caleya
se puso junto a
Piedad.
LI
En El Picu
divisaron
un paisano de
zurrón
y por eso
conocieron
que no era de la
excursión.
LII
Lu empezaron a
chanrriar
y les tiró un
morrillazu.
¡Vaya modu de
chillar
que tuvieron los
de abaju!
LIII
Y por fin se
decidieron
como gente de
quimera
y era Julio el
de Sofía
que iba con cabras
pa Cuera.
LIV
La Piedra la
Señorita
ninguna la saludó,
ninguna lleva su
nombre,
todas entienden
por "SO".
LV
Marcos se
les escapó
movilizando la
tropa;
fue el primero que
llegó
a ver los Picos de
Europa.
LVI
Después de un
corto descanso
en la Cruz de
Ventaniella,
se puso en camino
Marcos
y va como una
centella.
LVII
En la pisada La
Mula
por seguir a
Magdalena,
a Nieves la
de Los Cumbriales
se le encaballó
una vena.
LVIII
En el Colláu
Mumular
las pasaron del
demonio,
porque creían ver
al llobu
y resultó Pedro
Antonio.
LIX
Llegaron a
Tornallás
los de Porrúa y
Caldueñu
y encontraron a La
Vega
como una casa sin
dueñu.
LX
Cuando cruzaron La
Vega
se quedaron
admirados
de una pelea de
carneros
que estaban muy
enfaenaos.
LXI
Viendo que los
animales
detienen mucho a
la gente,
se cansaron de
mirarlos
y siguen hacia la
fuente.
LXII
Después de quitar
la sed
echaron una tonada
y se ponen en
camino
en dirección a
Haba.
LXIII
Dejaron a
Tornallás,
la mayor vega del
puertu,
y hasta El Colláu
Periquillo
todo lo hallaron
desierto.
LXIV
Allí pegan una
voz
todos juntos en
unión
y siguen hacia La
Vega
formando gran
procesión.
LXV
Llegando a La Vega
de Haba
de mucho amor y
campaña
de pronto ven a
Sarita
mirarlos de la
cabaña.
LXVI
Tere,
Nieves y Maruja
la fueron a
saludar
y enseguida los
rancheros
tocaron para
formar.
LXVII
Y como en toda La
Vega
ya no encuentran
más que ver,
a la sombra de un
paré
se pusieron a
comer.
LXVIII
Cuando acaban de
comer
en aquella extensa
mesa,
quedaron muy
satisfechos
de lo que a nadie
interesa.
LXIX
Cogen el camín
del Cantu
y al dejar La Vega
de Haba,
Piedad dirige
a Manuel
una angélica
mirada.
LXX
A la mitad del
caminu
todos se cubren de
miedu
por la negra
obscuridad
que produce aquel
jaedu.
LXXI
Allí nadie se
detiene,
toda la gente
camina,
y a lo lejos
divisaron
una galería de
mina.
LXXII
Cuando llegaron al
Cantu
creyeron ver un
rebecu
y era Vicente
el de Rita
reblagáu en un
piñuecu.
LXXIII
Se metieron en la
mina
porque no había
capataz
y les vino
reclamando
este ignorante
rapaz.
LXXIV
Ninguno quiso
escuchar
a este imbécil de
Vicente
que a lo lejos fue
a insultar
de una manera
indecente.
LXXV
Alfonso,
muy atrevido,
se subió a la
vagoneta;
le dieron un
empujón
y se fue a la
puñeta.
LXXVI
Por hacerse el
valiente
vaya susto que
llevó
cayendo por un
valleyu,
desencajado quedó.
LXXVII
La caída fue con
suerte
no llevando el
menor golpe
y entonces marcha
la gente
corriendo a todo
galope.
LXXVIII
Ya se despiden del
Cantu
dejando atrás la
mina
y aquel rebecu
llanudo
y a la madre de
Fermina.
LXXIX
Esta era
Soledad
que allí estaba
con Vicente,
no se portó como
él
que fue mucho más
decente.
LXXX
Cruzando la
cordillera,
pasaron a La
Cerrosa
y en El Picu la
Lluvinca
estaban Joaquín
y Rosa.
LXXXI
En este mismo
lugar
disminuye la
excursión,
porque la gente de
Villa
se marcha pa San
Ramón.
LXXXII
Manuel se
marcha con ellos
de bastante buena
gana
que pueden llegar
a ser
los vecinos de
mañana,
LXXXIII
Quedaron los de
Porrúa,
pero Alfonso el
de Gabriel
marcha con los de
Caldueñu
al ver que se va
Manuel.
LXXXIV
Bajaron
rápidamente
La Cuesta de San
Martín
y se perdieron de
vista
junto a Los Praos
de Pachín.
LXXXV
Entonces los de
Porrúa,
pasando las
Humielgas,
llegaron al
Abeduliu
a ver aquellas
bodegas.
LXXXVI
Ante la casa de
Ángel
reciben una
impresión
y se quedan
admirados
todos los de la
excursión.
LXXXVII
Como el sol ya no
molesta
toda la gente se
anima;
dejan atrás el
caminu
para ir a
Jogulespina.
LXXXVIII
Llegando a dicho
lugar
esta excursión
porruana
no les quisieron
dar agua
ni Covadonga
ni Juana.
LXXXIX
Covadonga contestó
que allí no
tienen taberna;
al que tenga mucha
sed
puede beber en la
duerna.
XC
Están solas en La
Vega
cada cual en su
cabaña,
eso de negar el
agua
es de gente muy
tacaña.
XCI
Los últimos que
llegaron
ya les sacó del
apuru,
que además de
darles agua
les dio un piescu
bien maduru.
XCII
Esta mujer obró
mal
por no ponernos
iguales
muchos vienen mal
contentos
de la gente de
Cabrales.
XCIII
Salen de
Jogulespina
caminu de la
tierruca
y se ponen a
bailar
en Peyos de La
Texuca.
XCIV
Cuando van
atravesando
El Valle de
Bujarrera,
muchos hacen
juramento
de no volver más
al Cuera.
XCV
Como palomas
perdidas,
llegaron al
Cabañucu
y les dio mucha
alegría,
porque ya se ve El
Mazucu.
XCVI
Se presentaron en
Medas
donde ven una
cabaña,
a Concha
frente a la cueva
y a Manuel
venir de argaña.
XCVII
La nube les
anunció
que muy pronto
llovería
y como flechas se
lanzan
corriendo el que
más podía.
XCVIII
Llegando a La Vega
El Cobu
los coge un gran
chaparrón
y, sin hacer
despedida,
se deshizo la
excursión.
Versos tomados de
unos apuntes que me proporcionó Víctor Tamés, vecino de
Porrúa.
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