1.- Como trabajo anexo a la toponimia, incluyo el enlace a una publicación que hice con posteridad al presente trabajo: "REFUGIOS DE PIEDRA" que se puede bajar en formato [.PDF]. En él doy datos de las casas y de sus moradores, prácticamente, en algunas desde los inicios del S. XX, ordenadas por barrios que son como núcleos de población o agrupamientos que conforman el conjunto del pueblo.
R.Glez
Noriega
2.- APEOS DE LA PARROQUIA SANTA MARÍA MAGDALENA DE PARRES
Fuente de documentación:
APUNTES HISTÓRICOS DEL LIBRO DE FERMIN CANELLA Y SECADES
“LLANES
Y SU CONCEJO”
Editado
en Llanes, 1896
Establecimiento
tipográfico de D. Ángel de Vega
Calle
Mayor, números 6 y 8
Dice
así:
Santa
Mª Magdalena de Parres
“A
7 de marzo de 1713, presentes Juan González de Cotariello de
cincuenta y ocho años, Pedro Gutiérrez de cincuenta y ocho y
Marcos de Arenas de ochenta años vecinos del lugar de Parres de
este concejo y de los más ancianos en su parroquial (I) de Santa
María Magdalena de dicho lugar; y dijeron que dicha parroquial de
Parres y la parte de el Vendaval confina y tiene sus términos con
la parroquial de Porrúa que dicen la Cotera Bermeja y al Collado de
los Diez, y al Cueto de La Collada y al Hoyo de Fuentes y al Cueto
de Las Melendreras, al Hoyo de Garandiella, y al Cueto de
Mazacarabia; y por la parte de el Sur confina y tiene sus términos
hasta el canto El Cuera, y hasta la jurisdicción de Peñamellera y
Cabrales: aguas vertientes a Peñamellera y Cabrales; y por la parte
de el Nordeste confina y tiene sus términos con el lugar de La
Pereda, en el río Gijón, en donde están Las Pisas, a la cueva de
El Pindal, y a la cabeza de Turbina; y por la parte de el Norte
confina y tiene sus términos con el lugar de Póo y lugar de Pancar
y La Carúa que es el camino de las feriadas al Calero de Arduengo,
y a la portilla de Collamera. Y declararon: que dentro de dichos
términos por la parte de el Sur, hasta confinar con la jurisdicción
de Peñamellera y Cabrales hay vallados, cuetos, cuestas y montes
bravos por plantar que es término común y propio de los vecinos de
dicha parroquia y otros de esta jurisdicción, en virtud de dicha
donación y privilegio, que sirve para el pasto, sustento y alimento
de los ganados mayores y menores; y que en dichos montes hay muchos
prados , casas de ganado y cabañas para pastores que cuidan dichos
ganados; y dichas casas y prados propios de diferentes vecinos de
esta jurisdicción, los cuales siempre se los ha visto gozar y gozan
de inmemorial tiempo a esta parte; y que así mismo a la parte de el
Sur de dicho lugar de Parres hay la Granda que llaman de El Toral,
que serán cuatro días de bueyes poco más o menos, por cerrar y
por plantar; y así mismo por la parte de el Sur de dicho lugar de
Parres hay otra Cotera que llaman de La Banza, que serán seis días
de bueyes poco más o menos por plantar y cerrar; y por otra Granda
cerca de las referidas, que llaman el Tendijón, que serán cuatro
días de bueyes, poco más o menos por plantar y cerrar; unas y
otras de tierra bravía y por agricultar, que unas y otras son
comunes a los vecinos de dicha parroquia y más de este Concejo, en
virtud de dicha donación. Y que asimismo saben por haberlo visto
que Domingo Sánchez vecino de el lugar de Pancar se entrometió a
hacer una cabada que será medio día de bueyes poco más o menos en
el Cueto de Arbasendes, siendo término común de los vecinos de
dicho lugar y parroquia de Parres, y que hará de esto cinco años
poco más o menos. Y que asimismo en el Cueto de Arbasendes hay
otras dos o tres cabadas, que no conocen a los dueñas de ellas,
siendo dicho término común propio de los vecinos de dicha
parroquia de Parres y más de esta jurisdicción en virtud de dicho
privilegio y donación; y que no saben ni tienen noticia de que otro
particular alguno poderoso posea ni se haya entrometido a poseer
otra cosa alguna que se incluya dentro de los términos de dicha
parroquia, y que no tienen noticia de otros términos realengos, ni
baldíos ni comunes más que lo que llevan referido; y que todo es
la verdad, etc.” (Págs. 340, 341 y 342)
(Es
una copia del original)
3.-
Topónimos de Parres, Llanes, Asturias.
por R. Glez. Noriega
A la mayoría de los nacidos en Parres les sonarán estos términos. Muy pocos de entre ellos, tienen ya una idea exacta de dónde queda cada sitio y otros, simplemente desaparecieron con el paso de la autovía y los viales de servicio en torno a ella y por la cantera. Confieso no conocer muchos de ellos y otros se fueron borrando por el desuso y el inexorable paso del tiempo alejado del terruño.
por R. Glez. Noriega
A la mayoría de los nacidos en Parres les sonarán estos términos. Muy pocos de entre ellos, tienen ya una idea exacta de dónde queda cada sitio y otros, simplemente desaparecieron con el paso de la autovía y los viales de servicio en torno a ella y por la cantera. Confieso no conocer muchos de ellos y otros se fueron borrando por el desuso y el inexorable paso del tiempo alejado del terruño.
Como
siempre me atrajo tal estudio, tuve la curiosidad de recoger a
tiempo de boca de mis padres los que aquí expongo para que sirvan
al lector de la revista por si quiere continuarlo.
Estos
son los topónimos que, en un recorrido virtual, ordena así mi
padre, Santiago
González Gutiérrez, Taro:
Límites del pueblo: Topónimos: (En negrita, las fuentes y manantiales de Parres)
De
los Riscos para abajo:
Los
Jogos del Pindal, Las Ballinas, La Sentín, La Barrera, La Torca del
Pindal.
De
los Picos de Mazacarabia, a La Cotera del Cerezal, al Cuetu las
Melendreras, a la Riega Fuentes y
a la Busteriza y al Cuetu la Vista, a Collamera, por Cobuxu, a La
Cantera las Mestas, al Ríu Vallanu, a La Vega, a Covarada, al
Puente’l Tío Hilarino, (Hilarino era el padre de la Roxa), por
Corisco, al Cuetu La Mina, a la Casa’l Xor, a Requexu por El
Bosque de Quicón, a la Riega la Espina, a la Vega’l Rey, al Jou
las Maconas, a la Riega la Piedra, a la Cabeza la Riega y a los
Jogos del Pindal.
La
fuente de los Teyeros,
La Cotera la Banza, Las Encinas, El Bosque Súpila, La Bolera, La
Cotera San Janu, Fuente
berrosa,
El
Picu los riucos,
L’Arenal,
El
Boscón, El Pindal, La
Churra’l llanucu,
La Peña Alonso, Cueva oscura, El Mazu, La Colina, Los Cotaxos, La
Fuente la O,
El Coz, Saltu
Clara
y Mazacarabia. El Bolugu, el Jidio, Moscadoria,
Requexu, La
Puntiga,
Santa
Marina,
Mazacobezu, Los Navares, El Toral, Los Xuncos, La Llosa,
Mataoveyas, Los Carriles, Mosquitu, La Vega, La Polla, La Retuerta,
Los
Vaqueros,
Rumoru, El Roble, Malconceyu, La Riega la Cabra, Las Melendreras,
Patica,
Las
Llastrucas,
La Corona, Nozalín, Campu’l Diablu, El Inxerta, La Bacallora, El
Picón, La Manga, Rabugandín, Jorada, La Boriza, El Jorcau
l’inborniu, Prau l’imborniu, Pandenes, Jou’l Duque, La Mata,
Gelguerosu, La Quinta, El Borizu, Las Antascas, L’Ardina,
Maraxiegu, Entrepeñas, Jou la Vieya, Barreru, Covajornu, Cuetu la
mesa, Trescoba, Picu la Concha, El Carril, La Vega Póo, Argandeñu,
Ronzón, Reburdión,
Cuetu la Collada, Riega
Fuentes,
Uzniu, Las Cruces, Carcoviu, Resielles, Recostón, Xelgueres, Las
Cárcovas, Viñes, La Cuesta, Mortoriu, Sucuetu, La Pedraya, San
Antón, La
Viña,
El Maruxu, La Coladoria, Ancueva, Calmor, Los Cuadros, La
Puerca,
Llagu, La Vega, La Biesca, Sarnijuera, Valladal, Cuetu la Taberna,
Soa, El Pandiu, Robledos, Las Abariegas, Bardialón, Bazazal,
Arduengu, Piriella, Entrecuetos, Las Nieves, La Vara, la Güerta
Goyu, Campu
la fuente,
La
Jornica,
La Piniella, El Palaciu, El Cuetu, Tamés, Coxiguero, Tresierra,
Pinaza, Maraxiegu, Las Pozonas, La Güerta Miranda, La Vegona, La
Granxa, La Calzada, El Culón, Pedro Bexe, Campu’l Roble,
Cospechu, El Mirador, La Caleyona, La Veguca, la Conchuca,
Cabrajigu, La Jorcadina, La Cotera la Traviesa, Covielles, El Burru,
Los Santos, Rumbos, Vallanu, Cuetu
Puñu,
Sabugosa, El Colláu, La Bolera la Xunca, la Campa, La
Covaya,
Don Diego, Ribaz, Caleya San Román, Pedrujerrín, La Jorna, Jou’l
Cubil, Calvu, La Güeira, La Concha, La Vega los Romeros, la Casona,
la Concha la Bartola, las Llagunas, La Arena, el Ranchito, el Cuetu
las Cerezales, el Jou Martín…
Algunos de estos términos no son estrictamente parragueses, al compartir lindes con Porrúa, Póo, Pancar, Soberrón y sobre todo con La Pereda a la que nos une la misma parroquia y mayor cercanía.
Estos
vocablos son como mojones del tiempo, que preservan las tradiciones,
las labores, las formaciones y características del terreno, el
ingenio de sus gentes, la vegetación predominante, el paisanaje en
una palabra, la idiosincrasia de sus pobladores.
Abundan
los términos relacionados con el agua, de los que resalto tan sólo
los que hacen mención al término fuente o al lugar donde se
encuentran las más conocidas. Seguramente fueron los elementos
esenciales, entre otros para fijar el asentamiento del poblado
primitivo.
FUENTES MÁS CONOCIDAS POR EL USO QUE TUVIERON
Los manantiales de agua coronan el recuerdo de las gentes que viven lejos del lugar. Con la canalización del agua hasta las casa, las fuentes se fueron cerrando y perdiendo protagonismo. Muchas se perdieron por la alteración artificial del terreno y otras por cambiar el drenaje subterráneo. Hago memoria de un total de veintitrés fuentes y sin exagerar, se podrían clasificar por alguna característica diferenciadora, existiendo de aguas duras, calizas, finas; barrosas, ferruginosas, gruesas, con sabor a riega, olor a helecho y mofu, frescas o caldosas.
FUENTES MÁS CONOCIDAS POR EL USO QUE TUVIERON
Los manantiales de agua coronan el recuerdo de las gentes que viven lejos del lugar. Con la canalización del agua hasta las casa, las fuentes se fueron cerrando y perdiendo protagonismo. Muchas se perdieron por la alteración artificial del terreno y otras por cambiar el drenaje subterráneo. Hago memoria de un total de veintitrés fuentes y sin exagerar, se podrían clasificar por alguna característica diferenciadora, existiendo de aguas duras, calizas, finas; barrosas, ferruginosas, gruesas, con sabor a riega, olor a helecho y mofu, frescas o caldosas.
LA JORNICA
De
ella llevábamos agua para las casas de los barrios de “arriba”
de la carretera: Tamés, El Palaciu, El Cuetu, Coxiguero,
Trisierra, Pinaza, La Veguca, La Caleyona, Cospechu, El Campu'l
Roble y La Piniella.
Es
un afloramiento protegido por una caseta de piedra cubierta de
mortero. Por una abertura dejada en una de sus paredes, sacábamos
el agua cristalina con un tanque que siempre había allí o
llevábamos de casa. Cerca de ella hay un bebedero hecho en piedra
de igual construcción y surgían diversos manantiales que hacían
una charca llena de plantas de berros donde abrevaban los rebaños
de animales. Cada cual con su manía, unos se hundían hasta los
corvejones en el fondo del arroyo, en tanto que otros preferían el
agua que brotaba de entre las arenas, cuando la mayoría iba derecha
al bebedero en el que sobrenadaba una verdosa tela de algas y
lentejas. Con el aire caliente de sus ventanas nasales ahuyentaban a
renacuajos, tritones y demás moradores.
Siempre
se dijo que el agua de la Jornica, viene desde las cuestas y pasa
por La Ardina, donde recuerdo haber oído el agua en una
covacha. Había un atajo que pasaba por la Jornica, desde La
Piniella al camino de la Iglesia, por unas paseras, entre mentas de
agua. ¡Cuántos de mis recuerdos infantiles se hunden para siempre
en aquel paraje de xanas y ondinas!
Mi
vecina Rosi Sobrino Arenas me dijo que no me
olvide contar que con el agua de La Jornica se bautizaron los
parragueses y los peredanos. Con su agua se llena el calderín del
hisopo que bendice a los animales de San Antón o la última morada
en el campo de la barrera. Me pasa estos versos que se cantaban por
San Juan en el enrame de la fuente,
antiquísimo culto al agua, con toque de pandero y pandereta:
I
Vamos
a enramar la fuente,
la
fuente de la Jornica
que
con el agua que mana
se
consagra y se bautiza.
II
Vamos
a enramar la fuente,
la
fuente de la Jornica,
donde
todos los años crían
un
papín y una cerica.
III
Los
anabios del Cuera
bien
haya quien los cortó.
Los
cortó Rosa Sobrino
y
un galán que le ayudó.
IV
Vamos
a enramar la fuente,
la
fuente del Cañu nuevo,
con
los anabios del Cuera,
y
con la flor del romero.
V
La
fuente enramada está,
la
fuente enramada queda.
La
fuente enramada está
con
dos arcos y banderas.
FUENTE'L
CAÑU NUEVU o CAÑU LA VIÑA
Esta
fuente, pudiera decirse que era la de los vecinos de “abajo”,
de la carretera, aunque este término carece de sentido espacial,
pues de ella se servían los barrios de Brañes, La Casona, La
Concha, Ribaz, La Vega los Romeros, Pedrujerrín, y Recuestu, unos a
nivel de la carretera y otros por encima o por debajo.
Esa
diferenciación geográfica obedecía a la forma de dividirnos en
dos bandos a la salida de clase. Acudíamos a las tapineras
antes de meternos en una batalla
campal, nunca mejor dicho, entre los de “arriba”
y los de “abajo”.
No siempre estaba clara la pertenencia a uno u otro bando, pues los
había que tanto podían ser de uno u otro, dependiendo del sol que
mejor calentase. He de confesar que los de abajo, por cuestiones
físicas gravitatorias, llevaban, casi siempre, las de perder.
Nuestros
juegos eran así de bélicos como los episodios que acababan de
pasar. Los términos usados dan fe de ello: las partidas, el
bipartidismo arriba, abajo, el juego del soldado, al escondite por
barrios o cuevas, bandoleros, fugados y guardias. Otras veces,
adentrándonos más en la historia, con espadas de madera imitábamos
al Cid o a héroes de tebeos, Capitán
Trueno , Jabato
y Robin
Hood con arcos y flechas, honda
neolítica o el sofisticado tiragomas con el que no dejábamos
cristal de las casa en ruinas ni tacilla aislante en el tendido
eléctrico. Jugábamos a “indios y
vaqueros”, a “policías
y ladrones” y a las interminables
“partidas”
de “pescar”
y “déla”
por la bolera o a “presos y
carcelero” en el pórtico de la
iglesia o en los portales de la escuela.
Junto
a la fuente, el bebedero y seguido un hermoso lavadero. Los lunes,
entonces era así, las mujeres acudían con las bateas de cinc
repletas de ropa. Si había sitio suficiente, entre los dieciséis
depósitos que existen, cada lavandera elegía dos colindantes. En
uno remojaba la ropa con lejía y frotaba prenda por prenda, sobre
la piedra finamente labrada con la pastilla de “chimbo” y el
cepillo. En otro depósito la aclaraba y le añadía el añil que
les aportaba blancura y un característico olor a las prendas recién
lavadas. Si no llovía, tendían la ropa sobre los muros de la finca
cercana para recudir el agua.
En
los recreos, antes de subir a las aulas, calmábamos nuestra sed y
aclarábamos la sudada. y a por agua con el botijo o para la
limpieza de la clase, la tarde de los viernes.
MANANTIAL DE LA CHURRA.
Como es
habitual, algunos topónimos son un lujo de exactitud en lo que
definen y es el caso de esta fuentina que mana al cabo del lavadero,
donde solíamos ir a jugar los niños, y las niñas, con el
hervidero de berros que allí nacían y los llevábamos a repoblar
el resto de bebederos.
FUENTE DE LA REPÚBLICA.
Es
sin duda, el topónimo más revolucionario que perduró como testigo
mudo imborrable de la época en que fue construida.
En
un cruce de caminos, servía sus aguas a los barrios de La Covaya,
La Xunca, Calvu, Jogucubil, La Concha, Ribad, Don Diego, La Campa,
La Tinuta y Rupandiellu, El Cotaxu, La Bolera, El Colláu y
Sabugosa.
FUENTE DE COVARADA.
Sirve sus aguas al barrio de Vallanu y al río de su mismo nombre, en la salida de la caverna que horada el Cueto Las Cerezales, que llega desde Covarón, en Corisco, donde se aboluga una vez más el Melendru. En Covarada, lavaban las mujeres, de hinojos en la arena de la orilla y frotaban las prendas sobre lastras de roca inclinadas, medio hundidas en el agua del río. Las tendían, si el sol acudía a secar el rocío de la noche, sobre la pequeña campera adornada de mentas y catasolas.
En el sitio y barrio de Cuetupuñu existe otro pequeño manantial que da sus aguas al Vallanu por entre un campo de juncos y pequeña chopera.
A
las aguas de los ríos, se llevaban las ropas de las familias en las
que alguno de sus miembros padecían de afección pulmonar, de largo
tratamiento con reposo. Había un excesivo cuidado, pues las
penicilinas no estaban al alcance de todo el mundo. Había pocas
casas en las que no hubiese alguien afectado y eso suscitaba, dicho
suavemente, un cierto recelo entre el vecindario. En otras fuentes,
más alejadas del pueblo como las de La
Palaciana, camino de Bolao o las de
Golondrón
y Jorimiga,
a la sombra de enormes castaños y ya perdidas ambas, por la acción
de la cantera, junto a las que se iba por la caleya de La pata la
Mula. .
FUENTE MOSCADORIA.
Guardo imborrables recuerdos por haber acompañado a mi madre a lavar en un pozo que a mí me parecía profundo, a la sombra de unos alloros. Cercano estaba el depósito de aguas y aún puede verse la construcción hecha de cemento que debió de encauzar en un canal, de eso me di cuenta recientemente, el agua hastaRequexu, donde bien pudiera haber existido una pequeña aceña, si se atiende a los abultamientos del terreno por donde pudiera pasar el calce. En este sitio, cercano al río Melendru, también se lavaba.
Solían
ponerse de acuerdo varias madres para hacer más llevadero el
trabajo. Mientras ellas charlaban de sus cosas, nosotros
vagabundeábamos como príncipes por los prados a la caza de los
grillos o botábamos barcos que eran cortezas desprendidas de los
arces. El río se cruzaba por unas paseras. Nosotros, cual
ingenieros hidráulicos, con troncos, tapines,
piedras y mollejas represábamos el agua. Llevábamos las pequeñas
balsas junto a la fuente para soltarlas y comprobar cuál de ellas
sorteaba las cañas, las hojas y los remolinos del agua. Corríamos
a esperarlas junto a la presa y las recogíamos con una vara de
avellano. Antes de regresar, vaciábamos de arena nuestras playeras
y recomponíamos las empapadas suelas de esparto. Las dejábamos
recudir al sol en tanto dábamos cuenta a nuestra excelsa merienda
de garitu de pan y onza de chocolate.
Quien
no haya probado a beber del chorro de una fuente, ya sea usando las
palmas de las manos o hundiendo la cara en el manantial, no puede
conocer el verdadero sabor del agua.
También desaparecieron la
fuente de las Llastrucas y la de Patica así como la
piedra que marcaba La fuente de la O, unos metros más arriba
de la Fuente los Vaqueros, manantial que abastecía el
depósito de Porrúa. No sé si aún da agua la fuente de Las
Melendreras, donde vivía mi bisabuela Lisa. La Retuerta,
El Sapu, La Churra el Llanucu, La Arenal, El
picón de los Riucos, Fuenteberrosa, Santa
Marina, donde bebíamos tras los partidos de fútbol en el campo,
Reburdión, y alguna otra más que quedan ya para el olvido.
LAS CUESTAS DEL TEXÉU.
Las
conocidas como cuestas del Texéu son verdaderos hitos visibles que
tanto sirven para cuadricular el espacio como para medir las
sombras, verdaderos calendarios para los más curiosos y
observadores. Desde el Picu Castiellu, al Oeste, comienza una ristra
de cuestas con la primera, pequeña ella, El Boduncu y le
siguen Raíz, Copiñuelu, Gallaresta, Suseru, el Caballu,
por la que se sube al monte, Cárabu, Porcuza, Salgar, Ventosina,
Ventosona, Cotera Alta o La Pereda, Piedra, Pindal, Traveséu,
Sopeña y Sopinielladesde donde se va al Saltu Clara y la Torca
de los franceses y se está ya en Mazacarabia en cuyo límite
de aguas, parten los territorios de Parres con los de la vecina
Porrúa.
PORTILLAS DE CIERRE DE ERÍAS.
Otros lugares dignos de recordarse son las portillas que eran los accesos al pueblo y con las que se protegían los cultivos de las erías del paso de animales sueltos que podrían darñarlos.
Estaban las portillas de la Caleyona
y junto a ella el Corral, que era un huerto hondo, cerrado de
muro de piedra y portilla, donde se recluían a los animales que
pastaban libremente en las erías. Para rescatarlo su dueño debía
abonar una tasa estipulada según los daños ocasionados.
La
portilla de la Magdalena junto al campo de la iglesia y el
caleyu de su mismo nombre y paso del camín de Mortoriu.
La portilla
de la Viña, la primera en desaparecer de la que cuenta mi
padre que recuerda de niño cuando corrían a abrirla si sentían
rugir algún motor que llegaba por las Castañares. Así a cambio,
en contadas obtenían unos céntimos de propina por evitar a los
conductores la molestia de parar, bajarse, abrir, montar, arrancar,
y vuelta a parar, bajarse, cerrar, montar y arrancar.
La portilla de
la Collada en el viejo camino del Culón, junto al cuetu
Calmor.
La portilla del Pandiu, junto a la Jorna de la tía
María, paso hacia la Vega y camino del Colegio de la Arquera.
La portilla de Cuetupuñu.
La portilla de la Boriza junto al bosque de La
Mata...
y La portilla de Jorada que cerraba el paso a las erías de
Porrúa.
CUEVAS
No pueden quedar atrás los nombres que reciben las principales cuevas de entre la infinidad de ellas que aparecen por ser el terreno calizo. Por orden de importancia emocional para mí, cito la de Covajornu y Santa Marina donde se protegieron mi familia materna y paterna, cuando la guerra y bien pudiera agradecerles a ellas el poder estar ahora contando estas cosas. Siguen en importancia para mí, Don Xuan, en el Colláu, Covarada, en Vallanu, Covarón y Taravirón que en realidad son, con las dos anteriores cuatro boquetes a la misma caverna. Cuetu la Mina, y otras dos en Trescoba, la del Bolugu, la de Moscadoria y la de Patica. Dejo muchas más de las que no recuerdo su nombre, camino de la Boriza de las que no recuerdo su nombre y a las que nunca se me ocurrió entrar como a las anteriores citadas, pero sé en las fincas donde se ubican.
(Texto
publicado en el "Anuario de Parres, Santa Marina, 2013")
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